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Danza de Luna 2018 ~ Boriké Memoria de SolK
¡Abrazo de corazón! Me siento agradecida y en celebración por nuevamente participar, brevemente, como apoyo en la Danza de la Luna. Fue hermoso abrazar, conversar y sentir a parte de mi familia del Alma. A quienes busqué pero no vi espero verles pronto. Les Amo!! Gracias a todo el grupo de apoyo por hacer posible la Danza.
Me encanta ser apoyo en las ceremonias, he progresado cualitativamente en este camino gracias al servicio en 3D. Es un regalo completo hacer el bien y el camino en Belleza me regala esa oportunidad. Estando ahí en la cocina he confrontado los miedos y sombras de mi ego, he errado en palabra, intención y consciencia mas he recibido la oportunidad de observarlo y corregirme sin culpas, sin juicios maliciosos. Amo el espacio de aprendizaje que da el servicio y el ser apoyo en las ceremonias.
Quiero compartir mi mensaje con Amor, si fallo, les pido compasión.
Para mí estas ceremonias son convivencias espirituales completas, todo depende de uno. En esta convivencia me gusta observarme y sentir la energía de mis hermanas y hermanos. Me emociona ver y acompañar a mis hermanos "danzar" en sus lugares, moviendo leña, limpiando baños, pelando viandas. :-) Asímismo me emociono desde adentro cuando escucho-veo el tambor, los cantos y las flores-estrellas-mujeres danzantes iluminando la tierra en su bella oscuridad.
Sin danzantes no hay danza. Sin apoyos no hay danza. Intención, rezo y servicio de corazón. En ese aspecto todas(os) quienes participamos recibimos un llamado a Danzar en la consciencia del amor, la humildad y la aceptación. El ser humano que no conoce la superioridad eleva su ser sin mayor esfuezo.
Que escuela cuando llevaba más de una hora friendo (y más de 24hrs sin dormir) unas bellas arepas preparadas con tanto amor (gracias Álvaro) y la abuela llega a preguntar dónde estaba el alimento de las danzantes. Por un malentendido no se había preparado alimento apropiado para las danzantes. No hubo reclamos, busqueda de culpas, solo preocupación por las danzantes y de inmediato se activó un grupo para resolverlo. Que mágico en la cocina con la abuela mientras ella preparaba ensalada y procuraba todos los ingredientes apropiados posibles para las danzantes. Ella reconocía las maravillas que habían logrado dos o tres personas (literal) cocinando para 75. Gracias Linda, Joel, Felix y otras(os). Cuando se está en estas situaciones varias veces, logramos etender  la importancia del servicio, el apoyo y el balance de energías   Me parece importante que miremos estos eventos de manera holística. Miremos la sostenibilidad en nuestras ceremonias y prácticas espirituales-materiales. A veces donde más nos necesitan no es en donde de primera instancia deseamos estar. La espiritualidad se maniefiesta de maneras diversas. Un pequeño esfuerzo puede darnos una nueva perspectiva de lo que implica y conlleva sostener estas poderosas ceremonias y convivencias. Les invito a danzar y visionar desde donde estén en amor y gratitud. Les doy gracias por sus energías, su belleza, su luz y sombra. Que la humanidad sea UNA en amor y comprensión. Gracias.  Aho! Ometeotl ⌐ Abril 2018

Danza de Luna 2015 ~ Boriké
​Memoria de María Benedetti
Bajo la luna llena, bajo la noche de nubes cambiantes, 
bajo la luna llena y hermanos árboles que bailan, 
los múcaros cantan, los gallos cantan, los majes vuelan. 
Toda la noche, las mujeres vestidas de
faldas blancas, blusas blancas, paños blancos, flores blancas. 


Toda la noche somos lunas con faldas, lunas con
brazos, dando vueltas a la rueda de piedras blancas, 
piedras vibrantes de vida, piedras. 
Toda la noche vuelan las faldas, lunas.


Las nubes conocen las blancas faldas que vuelan al
voltearnos frente a las cuatro 
puertas de los cuatro vientos. 
Las nubes nos admiran al bailar frente a los 
humos de copal y de fogata. 
Nos volteamos con faldas frente a los
ojos brillosos de sahumadoras hermanas. 
Una y otra vez ojos y manos y humos medicinas.

Bajo la luna llena, bajo la noche de nubes cambiantes, 
bajo la luna llena y hermanos árboles que bailan. 
Los hombres cuidan el fuego, corazón que
alimenta las resinas que limpian, sanan. 
Hombres cuidan, limpian, protegen, cocinan. 
Hombres juegan con los niños, cantan, acompañan nuestros rezos.
Mujeres agradecidas descansamos y danzamos. 
Hombres del ometeotl, el sagrado balance. 
Y círculos y espirales de mujeres lunas 
respiramos con la noche. 
Respiramos al tambor. 
Respiramos al lado del fuego cuidado por
hombres del fuego, de la cocina, del té. 
Respiramos los humos sagrados de copal y de fogata agradecidas 
danzantes luna.

Alrededor vuelan los rezos, oraciones al viento
bultitos de intenciones, tabaco, 
vuelan en el viento y a la Creadora.
Vuelan las intenciones-rezos al ritmo del tambor, cantos.
En el centro, el gran tambor. Gran tambor que era árbol, bosque. 
Gran tambor rodeado de brazos, almas. 
Y el ritmo cambiante del bosque tambor. 
Y el ritmo cambiante de los cánticos tambor. 
Y el ritmo cambiante de las voces mujeres. 
Armonías de bosque y de aire de noche. 
Y el ritmo cambiante de hermanos animales que nos han sostenido 
y sus cuerpos son tambor. 
Y los gallos cantan. Los múcaros cantan. 
Y vuelan los pájaros de noche que vuelan. 
Y vuelan los majes y la tierra se abre a tantas danzantes luego 
de tanto silencio sobre esta tierra de promesas y ahora 
la tierra despierta al antiguo ritmo que añoraba, 
antiguo ritmo de las mujeres que bailan 
bajo la luna toda la noche 
perfumadas de coronas de lirios y aromas de pastos.

Las piedras despiertan al ritmo tambor. 
Los árboles danzan al ritmo tambor. 
Las nubes admiran los trajes blancos que danzan y vuelan al ritmo tambor. 
Los ancestros danzan de gozo al vernos. 
Y seguimos danzando y volteando 
formando puentes y norias, olas y alas.

Las mujeres de la tierra cantamos 
y los pies sobre la tierra se ríen
y riéndonos, volteándonos entre humos y noche 
nos sabemos luna todas.

 

Danza de Luna 2015 ~ Boriké Memoria de Eugenia Rodríguez

"Estás manchada" “Estás manchada”, al alba de un domingo escuché éstas palabras que hoy resuenan en mi cabeza. Llevábamos sin dormir dos noches pero mi cuerpo no lo sintió hasta esa segunda mañana. Sentía que se me escapaba toda la energía en un chorro de sangre. “Estás manchada”, incrédula de haber escuchado la frase en dos ocasiones seguidas en aquel contexto femenino y de celebración dí las gracias y observé el júbilo en mi silencio interior. Allí estaba yo entre conocidas y desconocidas, después de construirme… de observar la propia sombra e incluso la sombra de quienes me anteceden. Ahí estaba erguida sobre la tierra, validando, celebrando y honrando el camino que me llevó a conocer esa sombra hasta abrazarla y aceptarla en mi entorno inmediato. Cantaba, bailaba y sangraba . La cantidad de fluído me emocionaba porque nunca había experimentado un fluído tan abundante y oscuro como el de aquellos primeros dos días de mi luna en abril. Pensé en mis hermanas, las de sangre, para quienes su sangre era un martirio. Pensé en mi abuela materna, nunca le pregunté su experiencia con las compresas, pensé en mi hija porque la quería allí presente pero no era su momento. Recordé los partos presenciados, aquellos vaginales que realmente no tienen tanta sangre como pensamos. Recordé el rojo brillante de mi sangre la primera vez que sostuve relaciones sexuales estando en mi luna. Pensé en la invitación de conciliar y consagrar a Venus y a María; una invitación que surge durante un curso de lactancia. Pensé en nuestra sangre que se transforma mágicamente en sanación para los amantes, en leche rica en anticuerpos y agentes antiinflamatorios para curar igualmente un golpe que un catarro. Recordé la primera vez que ví mi sangre en la copa menstrual y lo único que se me ocurrió exclamar es “¡que cuerpo y sangre de Cristo; si es mi propia sangre, mi propio templo!” Si hoy me resuena ese “estás manchada” es porque al igual que ocurre con la atención al parto, me doy cuenta que la visión patriarcal está tan internalizada en nosotras que ni nos damos cuenta del lenguaje limitante que utilizamos. La experiencia de reconectar con mi propia fuente de vida después de dos embarazos (uno de ellos a término) ha sido una muy gratificante y poderosa. Tanto así, que de pronto al verme en un espacio carente de intimidad emocional, me olvido de esa necesidad y porque me resuena ese “estás manchada” elijo compartir la experiencia. Esa fuente de vida que emana cada mes para engendrar, engendrarte, para engendrarnos… la única capaz de darle un continuum a nuestra propia humanidad; que es también la colectiva. ¿Queremos seguir “manchando” nuestro presente y nuestro futuro? De mi sangre bebo, con mi sangre pinto sobre el canvas de la tierra, de otro cuerpo, del papel impregnado de planes y sueños… y hasta del tambor que sana las profundidades de un útero que arrastra en su códice la etiqueta de la reproducción y en sus afluentes días suelta, libera, documenta y quema aquello que va transformando el ser. Para mí o para otro ser: MI SANGRE ES VIDA CADA MES. P.D. Gracias a todas las madres que llevaron a sus crías a danzar con nosotras. Ellas me dieron fuerza y total sentido a la razón por las cuales participé, sin preguntar mucho y con sutil resistencia, en esta primera Danza de la Luna. Gracias a Maila y Mari por el empujón, el apoyo y la compañía. Le meteremos pico y pala el próximo año, porque yo no sé ustedes pero también los pies pedían tierra.

Memorias Danza de Luna
Costa Rica 2017

Vi nacer el fuego que despertó desde un punto oscuro y frío en la puerta del oeste. Se alimenta del opuesto, primavera virgen, el rayo del conocimiento de Quetzalcoat.  
Preparo tres varas de ocote, contenidas en un vientre de barro. Sumo cuatro carbones a la ecuación, ofrenda a las cuatro dirección, los cuatro colores y las cuatro razas.  En el centro la resina endurecida del copal que fecundará la flor. Las partes opuestas se reconocen, el receptor y el proveedor pedernal que con el movimiento, ollin y fricción manifiestan el misterios mismo, chispa de vida. Nueva conciencia que se enciende creando magia, materia transformada, alquimia de luz, vida y amor.
A través de esta luz distingo las formas, reconozco los elementos, identifico las fichas que se posicionan para un movimiento estratégico, coordinado y caóticamente ordenado, con un cálculo cuantificable de materia, tangible concreto y palpable. Veo con claridad los componentes particulares de estas formas de cada medicina y las múltiples posibilidades de sus combinaciones. Veo mi reflejo y en la Abuela Araña que me recuerda cómo entretejer esos hilos dorados y disfrutar de las más hermosas formaciones de patrones geométricos que enmarcan mi propia existencia.
Lo que es arriba, es abajo y las estrellas me lo muestran con su reflejo.  Un mapa geo-cósmico que me indica el camino hacia mi interior. Ahí donde está la chispa y se alimenta de AMOR, contenido en un envase vacío y oscuro. De ahí brota la fuerza, esa misma que crea a las estrella y también las destruye. 
Veo la dualidad somatizada en un cuerpo como corriente de un fluido sanguíneo frío y caliente. Un desequilibrio temperamental de mi cuerpo y de mis emociones. Contemplo mi juicio ante la vulnerabilidad de mi cuerpo cansado y adolorido.  Observo la impermanencia de la materia.
Llega el conocimiento aceptando que no soy solo cuerpo, que esas células, átomos, neuronas, que viajan dentro de mí, son energía.  Es la chispa del misterio, el macrocosmo en el microcosmos,  energía reprogramable, dirigible, contenida, expansiva, creadora y destructora.
Luego del conocimiento, llega la compasión.  De vulnerabilidad a la oportunidad para encontrar el centro, el equilibrio.  Descubro que estoy conectada a la fuente por tubos y canales que se interconectan y reconectan.  Fluye una energía reprogramable que se suma a una masa crítica de la más alta vibración.  Ahí me sitúo, desde ahí observo y reconozco un cuerpo sano, una mente despierta y un espíritu libre que elige conscientemente manifestar en esta existencia la Divinidad en la Tierra. 
Encontré el Cemí Blanco (Centro), donde está el corazón fértil para plantar la semilla. Siembro la semilla sagrada en el Ku (Lugar o Casa) donde habita el conocimiento de las cuatro serpientes y se encuentran los cuatro rumbos, el punto de convergencia donde SOY UNO con TODO. 
AMB     

Danza de Luna Costa Rica 2013 ~ Memoria de Alyn M. Bermúdez 
"No sé si era un sueño o estaba despierta, de todas formas estar despierta en una Danza de Luna es todo un sueño.  El pasado mes de marzo una hermanas y esta servidora viajamos a Costa Rica para allí conocer a la Abuela Ana Carmona.  Mujer nacida en Borikén, quien reside en Costa Rica hace 19 años.  Ella junto con otras Sabias Abuelas, organizan desde el 2006 La Danza de Luna en Puriscal. Es maravilloso como el “universo conspira”, literalmente fui  guiada hacia una experiencia transformadora.  Sin saber mucho del tema, sin cuestionar la dirección y con pocos recursos llegamos a casa de la Abuela Ana.  Una casa de puertas abiertas, en donde la cocina estaba llena con abundante comida y la diversidad de mujeres y países era fabulosa.  La Abuela nos recibió con una gran sonrisa y con gran alegría nos dijo:  “Por fin llegaron las mujeres de Borikén a  la Danza de Luna. 

Durante cuatro días y cuatro noches danzamos entre ciento setenta y cinco mujeres, diosas y guerreras de la luz.  Más de quince países, diferentes lenguas, diferentes culturas, pero todas danzando en un solo corazón,  conectado al corazón de la Tierra al ritmo de un tambor. Treinta hombres y varios niños apoyando nuestros rezos con un corazón de servicio. Toda la noche observaban  desde lo alto las formaciones de geometría sagrada que nosotras creábamos danzando y siguiendo los pasos de las Abuelas.  Frente a nuestros ojos las estrellas caían del cielo como lágrimas de alegría.  En la danza nos congregamos en hermandad uniendo fuerzas, siendo UNO.  Con respeto, disciplina y devoción, sanando y recordando lo que somos TODOS, pura conexión con la fuente divina de amor infinito.
Con esta experiencia comprendí que soy como la Luna, guardiana de mis aguas y que en la quietud de estas, puedo observar sin distorsión el reflejo del Sol.   Gracias a las Abuelas y a los Abuelos por custodiar y compartir esta medicina."

Memories from:  Mélanie Vallée, Val-David Quebecficar.
"Gratitude à la Moon Dance Meztliyoliliztli 2015, Costa Rica. 
​More than 30 nations represented by 200 women put together. Celebration in honour of the sacred dance, the essence of women and the native tradition with our feet, our voice and our hearts.  Gratitude for all these cultures united in the same prayer" .
Ometeotl. Itzpapalotl.  

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